17 Nov RONDA, CONTINÚA EL EMBRUJO. Ep 2.
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La rica huella del embrujo
El embrujo de las ruinas de Acinipo se encuentra a 20 kilómetros de la actual Ronda, en el Partido rural de Peñacerrada, Carretera MA-7402, km 11,8. y son visitables todo el año.
El título de ciudad le fue otorgado a Acinipo por el emperador Julio César en el siglo I a.C. sobre las ruinas del asentamiento celta de Arunda mencionado en el episodio anterior.
A partir del siglo III d.C. Acinipo entró en decadencia y donde se ejercieron las funciones administrativas fue en la cercana Arunda (la actual Ronda). Tras la desintegración del Imperio Romano, Ronda y Acinipo sufrieron las invasiones germánicas, y esta última urbe estuvo ocupada también por los bizantinos, que la abandonaron definitivamente en el siglo VII, cuando en Ronda entran los visigodos ¡Un auténtico crisol de pueblos!
El lugar invita a escuchar una melodía acorde con esta ciudad y su pasado de embrujo:
Los visigodos dieron continuidad a la actividad de Ronda como urbe hasta la llegada de los musulmanes, quienes la afianzaron como capital de la comarca y le dieron entidad como ciudad: Arunda se convierte así en Izna Rand Onda (“la ciudad del castillo”). En el año 711 el jefe bereber Zaide Ben Kesadi El Sebseki ocupa la ciudad sin encontrar resistencia, motivo por el cual esta fue una plaza entregada pero no conquistada, nombrándose los jefes y administradores entre sus ciudadanos, quienes sólo debían pagar un impuesto llamado capitación.
Desde mediados del siglo VIII
hasta la primera parte del s.XI hubo disputas entre los propios musulmanes por el embrujo de Ronda, lo que condujo a que el jefe bereber Abu Nur Hilal entrara en la ciudad y fundara el Reino de la Taifa de Ronda (reino independiente). Así, Abu Nur fue el primero en ocupar el trono entre 1015-1053. En esta época se edifica la mayor parte del patrimonio monumental del casco antiguo de Ronda.
Desde el siglo VIII al XV,
Ronda fue una de las fortalezas más importantes de Andalucía. En esa época Ronda es la capital de una de las Kuras (Provincias) en las que se dividió al-Andalus (la de Takurunna). Su emplazamiento facilitó la defensa de la ciudad y le permitieron el dominio de los pasos y caminos hacia la Baja Andalucía. Si se suma esto a la diversidad de tierras para la labranza se entenderá la importancia histórica de este enclave.
El origen de El Tajo o garganta del río Guadalevín, que separa en dos zonas el municipio, se remonta a cinco millones de años. El río discurre encajonado en un desfiladero cuando atraviesa la ciudad y el valle se ha abierto formando la conocida Hoya del Tajo, que se puede contemplar desde los balcones de la Alameda o el Puente Nuevo.
Hay pocos accidentes geológicos tan llamativos
como el Tajo de Ronda. Según Vicente Pimentel y Miguel Montes, ambos profesores de Biología y Geología del I.E.S Pérez de Guzmán en Ronda: ”… Hay relieves en España que se pueden parecer, como los cortados en Cuenca, los Mallos de Riglos en el Prepirineo de Huesca, y los conglomerados de Montserrat. En Málaga, las formaciones de Setenil de las Bodegas son de la misma naturaleza que el Tajo de Ronda y en el Cañón del Colorado ha ocurrido lo mismo, aunque con otra entidad y otras peculiaridades”.
En este artículo se resume la formación del Tajo de Ronda y su embrujo.
Tres puentes fueron levantados en distintos momentos de la historia para cruzar la garganta del río Guadalevín: el Puente Nuevo, el Puente Viejo o de Santa Cecilia y el Puente Árabe o de las Curtidurías, obras que marcan con carácter la idiosincrasia de Ronda. El Puente Árabe de Ronda o puente Romano se encuentra a pocos metros de los famosos Baños Árabes de la ciudad. Se accede bajando desde el Puente Viejo.
Escuchemos una melodía que nos acompaña con los acordes épicos de un coro celestial:
La construcción del Puente Nuevo
se llevó a cabo en treinta y cuatro años, entre 1759 y 1793.
Después de no haberlo conseguido los árabes, los cristianos intentarían construir un puente que salvara el acantilado que forma El Tajo. El aumento rápido de la población por la prosperidad de Ronda requería un puente nuevo que complementara al antiguo.
Se intentó construir un puente en el s. XVI pero la dificultad técnica era tal que no resultó posible.
En 1735 durante el reinado de Felipe V, se edificó un arco de 35 m de anchura pero se vino abajo cinco años después acabando con la vida de casi 50 personas.
No fue sino en el s. XVIII cuando el genial arquitecto José Martín de Aldehuela consiguió llevar a cabo esta monumental y magistral obra que es el Puente Nuevo.
José Martín de Aldehuela (Teruel, 1729 – Málaga, 1802)
llegó a Málaga requerido por el obispo (Molina Larios) para construir los cimientos de la catedral de la ciudad pues le precedía la fama por sus excelentes trabajos en la catedral de Cuenca.
Haciendo una comparación con el protagonista de Los pilares de la Tierra, la novela de Ken Follet, José Martín ejerce su labor desplazándose de una catedral a otra. En Málaga proyectó, además del Puente Nuevo, el Acueducto de San Telmo, para asegurar el suministro de agua a la ciudad, y la Casa del Consulado de Málaga, declarada hoy Monumento Histórico Nacional.
Una contribución más del embrujo que nos inspira:
ahora llegamos al Puente Viejo en nuestra ruta por estas calles de Ronda tan bellas, empinadas y cargadas de historia. El Puente Viejo se hizo para comunicar la antigua medina islámica con el nuevo barrio que surgió tras la conquista de la ciudad en la zona del Mercadillo, y que hoy es el Barrio de Padre Jesús. Está situado entre la Iglesia de Nuestro Padre Jesús y la Fuente de los Ocho Caños.
Los jardines de Cuenca o Jardines de la Mina
se encuentran situados junto al Puente Viejo en la cornisa del «Tajo» y se crearon en 1975 con motivo del hermanamiento de la ciudad de Ronda con la ciudad de Cuenca. Es curioso el gran parecido con el corte kárstico de la Serranía de Cuenca:
Otra imagen del Puente Viejo:
Aquí lo dejamos por el momento. En el próximo episodio veremos qué misteriosos restos prehistóricos rodean esta magnífica ciudad hechizada por un embrujo de hadas.
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